miércoles, octubre 22, 2008

XIX Domingo de Cotidiano

PRAELEGENDUM. V Despues de Pentecostes.

El Señor reinó, revistióse de gloria, Aleluya.

V/. Armóse de fortaleza, y se cino todo de ella. Aleluya, aleluya.
R/. Aleluya, aleluya.

V/. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Aleluya, aleluya.

ORATIO POST GLORIAM. V Despues de Pentecostes.

Tú eres glorifacado en las alturas, a Tí la Iglesia canta por la tierra de Tu gloria; y hasta los cielos emiten alabanzas. Te rogamos, Dios Omnipotente, que Te digna nuestras oraciónes con la misma solemnidad, que nuestras oraciones lleguen a Tí con bien efecto, y que nos concedas los solicitudes de nuestras voces.
R/. Amén.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

PROFECÍA. XIX Cotidiano: Pr 2.1-21.

Lectura del libro del los Proverbios.
R/. A Dios gracias.


Esto dice el Señor: HIJO mío, si tomares mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído á la sabiduría; Si inclinares tu corazón á la prudencia; Si clamares á la inteligencia, Y á la prudencia dieres tu voz; Si como á la plata la buscares, Y la escudriñares como á tesoros; Entonces entenderás el temor del Señor, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sólida sabiduría á los rectos: Es escudo á los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio, Y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere dulce á tu alma, El consejo te guardará, Te preservará la inteligencia: Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades; Que dejan las veredas derechas, Por andar en caminos tenebrosos; Que se alegran haciendo mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos. Para librarte de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras; Que desampara el príncipe de su mocedad, Y se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está inclinada á la muerte, Y sus veredas hacia los muertos: Todos los que á ella entraren, no volverán, Ni tomarán las veredas de la vida. Para que andes por el camino de los buenos, Y guardes las veredas de los justos. Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella.
R/. Amén.

PSALLENDUM. III Despues de Pentecostes: Sal 9, 10.11.

El Señor se ha hecho el amparo del pobre. Soccoriéndole oportunamente en la tribulación.
V/. Confién, pues, en ti, los que conocen tu Nombre; porque jamas has desamparado, Señor, a los que a ti recurren.
R/. Soccoriéndole oportunamente en la tribulación.

APÓSTOL. XIX Cotidiano: Rom 5: 5-10.

Lectura de la Epístola del Apóstol San Pablo a los Romanos.
R/. A Dios gracias.


Hermanos, la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. Porque Cristo, cuando aún éramos flacos, á su tiempo murió por los impíos. Ciertamente apenas muere algun por un justo: con todo podrá ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliado con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
R/. Amén.

EVANGELIO. XIX Cotidiano: Lc 14.1, 12-14.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas.
R/. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, sucedió que habiendo entrado Jesús en casa de uno de los principales fariseos a comer en un día de sábado, le estaban éstos acechando. Decia también al que le había convidado: Tú cuando das comida o cena, no convides a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a los parientes, o vecinos ricos; no sea que tambien ellos se conviden a ti, y te sirva esto de recompensa; sino que cuando haces un convite, has de convidar a los pobres, y a los tullidos, y a los cojos, y a los ciegos; y serás afortunado, porque no pueden pagártelo: pues serás recompensado en la resurreción de los justos.
R/. Amén.

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