sábado, abril 24, 2010

2o Domingo Despues del Octava de Pascua

PROFECIA: Apoc 14.1-7
YO JUAN FUI en el Espíritu y vi el Cordero, que estaba en pie sobre el monte Sion, y con él ciento y quarenta y quatro mil, que tenian escrito sobre sus frentes el nombre de él, y el nombre de su Padre. Y oí una voz del cielo, cómo voz de muchas aguas, y como voz de grande trueno: y la voz que oí, era como de tañedores de harpa, que tañían sus harpas. Y cantaban como un cántico nuevo delante del throno, y delante de los quatro animales, y de los Ancianos: y ninguno podía decir aquel cántico, sino aquellos ciento, y quarenta, y quatro mil, que fueron comprados de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mugeres: porque son vírgenes. Estos siguen al Cordero á donde quiera que vaya. Estos fueron rescatados de entre los hombres por primicias para Dios, y para el Cordero: Y en la boca de ellos no fue hallada mentira: porque están sin mancilla ante el throno de Dios. Y vi otro ángel volando por medio del cielo, que tenia el Evangelio eterno, para predicarlo á los moradores de la tierra, y á toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo : Diciendo en alta voz: Temed al Señor, y dadle honra, porque vino la hora de su juicio : y adorad á aquel, que hizo el cielo, y la tierra, la mar, y las fuentes de las aguas. R/. Amén.


EPISTOLA: Hechos 4: 13-22
En aquellos días, los principes de los Sacerdotes, viendo la firmeza de Pedro, y de Juan, entendiendo que eran hombres sin letras, é idiotas, se maravillaban, y los conocian que habian estado con Jesús: Y viendo estar también con ellos el hombre que habia sido sanado, no podían decir nada en contra. Mas les mandaron salir fuera de la junta: y conferian entre sí, Diciendo: ¿Qué haremos á estos hombres ? porque han hecho un milagro notorio á cuantos moran en Jerusalém : patente es, y no lo podemos negar. Todavía para que no se divulgue mas en el pueblo, amenacémosles que en adelante no hablen mas á hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que nunca mas hablasen, ni enseñasen en el nombre de Jesús. Entonces Pedro y Juan respondiendo, les dixéron : Si es justo delante de Dios oiros á vosotros antes que á Dios, juzgadlo vosotros: Pues no podemos dexar de hablar las cosas, que habernos visto y oído. Ellos entonces amenazándoles, los dexáron ir libres, no hallando achaque para castigarlos por miedo del pueblo, porque todos ensalzaban este glorioso hecho en lo que había acontecido. Por cuanto tenia ya mas de cuarenta años el hombre, en quien habia sido hecho aquel prodigio de sanidad. R/. Amén.


EVANGELIO: Jn 4.46-54
En aquel tiempo, vino Nuestro Señor Jesucristo á la Galilea, y le recibieron los Galiléos, porque habian visto todas las cosas que habia hecho el dia de la fiesta en Jerusalém: pues ellos también habian asistido á la fiesta. Vino pues otra vez á Cana de Galilea, en donde habia hecho el agua vino. Y habia en Capharnaum un señor de la Corte, cuyo hijo estaba enfermo. Este habiendo oido que Jesús venia de la Judéa á la Galilea, fue á él, y le rogaba que descendiese, y sanase á su hijo: porque se estaba muriendo. Y Jesús le dijo: Si no viereis milagros y prodigios, no creéis. El de la Corte le dijo: Señor, ven, antes que muera mi hijo. Jesús le dixo: Vé, que tu hijo vive. Creyó el hombre á la palabra que le dixo Jesús, y se fue. Y quando se volvía, salieron á él sus criados, y le dieron nuevas, diciendo, que su hijo vivía. Y les preguntó la hora, en que habia comenzado á mejorar. Y le dixéron: Ayer á las siete le dexó la fiebre. Y entendió entonces el padre, que era la misma hora, en que Jesús le dixo: Tu hijo vive : y creyó él, y toda su casa. Este segundo milagro hizo Jesús otra vez, quando vino de la Judéa á la Galilea. R/. Amén.

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